13 Abr ¿Puede una mala ventilación ser causante de un descenso de la productividad?
La ventilación en el trabajo incide en la salud de los empleados en la medida que sus objetivos son regular la temperatura y la garantiza la buena calidad del aire. Hay que tener en cuenta que este es uno de los espacios cerrados en los que las personas pasamos más tiempo durante la vida, alrededor de unas 8 horas diarias, 5 días a la semana. De ahí que sea tan importante cuidar que los sistemas de ventilación sean eficientes. Además, no solo la salud de los empleados está en juego, también su productividad como equipo de trabajo: para la compañía, la mala salubridad del aire afecta negativamente en la consecución de objetivos al acrecentar las bajas laborales. Mas esta no es la única demostración de que una mala ventilación puede ser causante de un descenso de la productividad.
Descenso de la productividad por una mala ventilación
La relación entre una ventilación deficiente y un descenso de la productividad ha sido probada en abundantes estudios e investigaciones efectuados por las más reputadas universidades.
Diversos de estos estudios han demostrado que el ambiente térmico más adecuado en un espacio de trabajo ha de estar entre los 17º C y los 26º C, bajando ligeramente si el trabajo a realizar se puede catalogar como ligero. Pero, ¿en qué afecta exactamente una mala ventilación a la productividad?
El primer punto y más evidente hace referencia a la pérdida de la concentración. Una calidad de aire deficiente puede provocar cefaleas o la posible bajada de la presión arterial. Esto obligará a los empleados a necesitar tomar el aire con más frecuencia de lo habitual e incluso podría crearles síntomas persistentes que perjudiquen su salud.
Por otro lado, un calor excesivo causará una mayor sensación de cansancio, llevando a una reducción de los ritmos de trabajo. Esto derivará a su vez en una mayor dificultad para regular el trabajo en grupo, ya que el estado de ánimo se altera también con el calor y cuesta más establecer un entorno de cooperación y participación entre los trabajadores.
Con esta información, queda claro que para prevenir el estrés térmico laboral, lo mejor es instalar un sistema de ventilación de calidad que se adecúe a las condiciones del lugar de trabajo y la actividad a realizar con el fin de asegurar la adecuada climatización. Como ya sabes, la ventilación en el trabajo no solo sirve para renovar el aire, asimismo es fundamental para regular la humedad y filtrar los agentes contaminantes presentes. Es decir, que un equipo de ventilación sirve para frenar a unos de los primordiales detonantes de una bajada de la productividad en una oficina. ¿Crees que el descenso de la productividad de tu empereza puede estar relacionado con esto? Contáctanos para mejorar la ventilación de tu oficina.
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